Perdona si te llamo Amor

¿Y si fuera amor, amor de verdad?
Una deliciosa novela sobre el poder del amor

Niki es una joven madura y responsable que cursa su último año de secundaria. Alessandro es un exitoso publicista de 37 años a quien acaba de dejar su novia de toda la vida. A pesar de los 20 años de diferencia que hay entre ambos y del abismo generacional que los separa, Niki y Alessandro se enamorarán locamente y vivirán una apasionada historia de amor en contra de todas las convenciones y prejuicios sociales.

Federico Moccia

Opinión Personal
Creo que ya lo dije la otra vez que reseñé libros de Moccia, me cuesta engancharme a la historia y, por eso, he tardado tanto en leer este libro, fuera parte por la falta evidente de tiempo entre trabajo y estudios. Confieso que lo empecé a leer en el tren nada más comprarlo, leí en casa y le dejé abandonado mientras me sumergía en otras lecturas como Eternidad, por ejemplo. Pero un día le vi ahí, solito y abandonado, y decidí que era el momento de volver a cogerle. Hice bien. Soy de las que piensan que cada libro tiene su momento y leerlo en el momento equivocado puede dejarte una impresión diferente, no mejor ni peor, sólo distinta a la que te causa si lo lees en las circunstancias adecuadas.
Otra cosa que he de admitir, es que llegó el momento en que estaba hecha un verdadero lío con los personajes del que me costó salir, una vez fuera, la historia fluyó y me enganchó hasta tal punto, que tenía que obligarme a dejar de leer.
El optimismo de Niki me contagiaba,, la forma en ayuda a Alex personal y profesionalmente. Símplemente, ¡quiero una Niki en mi vida! Y, por supuesto, quiero una historia de amor como la suya.
Paralelamente se desarrollan otras historias como la de Mauro y Paola, la de los amigos de Alex con sus respectivas esposas, las amigas de Niki... Y Moccia sabe tratarlas todas a la vez sin mezclarlas pero relacionándolas en un enredo típico de películas como Love Actually.
No tengo tiempo para mucho más así que, acabaré diciendo que me encantó el libro y que, en algún momento, pensé que acabaría de la forma contraria a la que lo hace. Sencillamente, Moccia es un genio de la romántica.


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